Explicar de manera fácil el porque de esta relación, iniciaría diciendo que de los alimentos que ingerimos, después del proceso de digestión se absorben los nutrientes básicos: glucosa, aminoácidos y ácidos grasos, en las células la glucosa se utiliza como energía para el funcionamiento corporal, los aminoácidos para formar proteínas y reparar la estructura corporal y los ácidos grasos pueden aportar energía a las células y sirve para reparar membranas celulares entre otras muchas funciones.
Ingerimos alimentos con exceso de carbohidratos o grasas, las células utilizan la glucosa que requieren para su energía, la excedente la almacenan en forma de glucógeno para energía de reserva, pero una vez saturados los depósitos de glucógeno, el excedente de glucosa se transforma en ácidos grasos que se almacenan en depósitos de grasa, originando la obesidad.
La célula al estar convirtiendo demasiada glucosa en ácidos grasos, se estresa y envía señales para que disminuyan la entrada de más glucosa, por lo que la membrana celular desconoce a la Insulina como facilitador de entrada de glucosa, volviéndola ineficiente, a lo que las células beta del páncreas responden produciendo más insulina para regular la cantidad de glucosa en la sangre a consta de un exceso de insulina circulando, dando lugar a lo que se conoce como resistencia a la insulina. Si la célula continúa esforzándose en transformar glucosa en ácidos grasos, envía señales para que destruyan a la célula beta para que no produzca más insulina y cuando disminuye la producción más el deficiente reconocimiento como facilitador de la que logra producir, se eleva sin control la glucosa en la sangre expresándose la diabetes.
Cuando la persona baja de peso por efecto de mejorar hábitos de alimentación y hacer ejercicio, se le vacían las reservas de grasa de las células y el retículo endoplásmico no se sobrecarga, por lo tanto, la célula dejará que la insulina facilite la entrada de glucosa, y la células beta del páncreas no se sobrecargarán produciendo insulina.
Resultando evidente y así lo han demostrado numerosos estudios, que llevar una alimentación sana y hacer ejercicio para quemar la glucosa excedente, protegerá la célula beta del páncreas y permitirá que la insulina funcione normalmente previniendo la obesidad y la diabetes.
Hay numerosos estudios donde se relacionan estadísticamente la obesidad y la diabetes, entre ellos, uno realizado en los años 80, en Estados Unidos, en el cual a los científicos se les ocurrió monitorear a un grupo de 8,545 adultos sanos. Se analizó a este grupo de adultos durante 10 años. En esos 10 años varias personas subieron de peso y desarrollaron Diabetes Mellitus tipo 2.
Los Investigadores observaron que por cada kilo que ganaba la gente, aumentaba 4.5% la probabilidad de desarrollar diabetes. Observaron también que la diabetes tipo 2 es prácticamente inexistente en individuos con un IMC igual o inferior a 20. Un IMC de 35 multiplica por 8 el riesgo de diabetes en comparación con un IMC de 25.
Desde entonces se conocía la relación entre obesidad y diabetes, sin embargo aún se desconocían los mecanismos mediante los cuales el exceso de grasa en el cuerpo afecta la función de la insulina
Grados moderados de obesidad pueden elevar el riesgo de diabetes hasta 10 veces, pero crece mientras mayor es el grado de obesidad.
En paralelo con la obesidad, la diabetes mellitus tipo 2 ha aumentado de manera alarmante y lo más preocupante de esta situación es que estas enfermedades se están presentando a edades cada vez más tempranas, debido a que no hay una regulación de la ingesta de grasas y azúcares en los niños por parte de los padres. Agravado por el sedentarismo.
Además, hay evidencia científica de que ambas están relacionadas con otras enfermedades como: cardiopatías, isquemias, depresión, diferentes tipos de cáncer (Esofago, Utero, Cólon, Recto, Riñon y Mama) entre muchas otras.
Por todo lo anterior, resulta de vital importancia el adquirir hábitos saludables de alimentación y ejercicio,ya que esto ayudaría en gran porcentaje las posibilidades de adquirir alguna de estas enfermedades.
Llevar una alimentación sana y hacer ejercicio para quemar la glucosa excedente, protegerá la célula beta del páncreas y permitirá que la insulina funcione normalmente previniendo la obesidad y la diabetes.