Son un conjunto de enfermedades asintomáticas caracterizadas por trastornos en el metabolismo de los lípidos (grasas) dando alteración en las concentraciones sanguíneas de uno o más lípidos.
Los lípidos viajan en la sangre asociados a proteínas formando las llamadas lipoproteínas, por lo que es fundamental el análisis de éstas para detectar fallos en el metabolismo lipídico.
Las más relevantes para su estudio son:
HDL-c (High Density Lipoproteins) Lipoproteinas de alta densidad, comúnmente conocido como “Colesterol Bueno”, este no se adhiere a las paredes arteriales y transporta al colesterol malo hacia el hígado para ser metabolizado, funcionando como un elemento “protector”.
LDL-c (Low Density Lipoproteins) Lipoproteínas de baja densidad. “Colesterol Malo”.
VLDL-c (Very Low Density Lipoproteins) Lipoproteinas de muy baja densidad. Su concentración elevada en sangre, se asocia a Triglicéridos altos.
Estos dos últimos de colesterol tienden a fijarse en las paredes arteriales, formando placas de ateroma, que las van estrechando hasta obstruirlas e impedir el flujo adecuado de sangre o bien desprenderse e irse por el torrente sanguíneo hasta llegar a una arteria de menor calibre y taparla. Cuando esto ocurre en las arterias coronarias provoca un infarto, pero igual puede ocurrir en el cerebro o los intestinos o en cualquier órgano.
Tiene particular importancia la relación entre colesterol total y el colesterol HDL, considerándose de alto riesgo si esta relación es mayor de 3.5. (Colesterol total/HDL colesterol)