Para la familia es muy difícil ver sufrir a la persona que quieren. No saben qué hacer cuando te ven llorar o cuando te ven enojado, pero es muy importante que entiendan que es necesario que tú expreses tus sentimientos libremente para llegar a la etapa de aceptación.Por ejemplo: no sabemos qué hacer cuando el otro llora, generalmente tendemos a decir “no llores, cálmate…” Pero ayuda mucho más cuando le decimos al otro “aquí está mi hombro, llora conmigo, lloramos juntos”.
No hay que olvidar que la familia también está viviendo el duelo y que ellos sentirán también la negación, la ira y la tristeza, así que cada quien deberá vivir su propio proceso sin reprimir los sentimientos.
Es indispensable que la familia se involucre con esta nueva condición, porque no sólo vive con diabetes quien la tiene en su cuerpo, sino que toda la familia vive con diabetes. El apoyo es fundamental cuando se trata de la comida, normalmente los familiares tienden a limitar la comida de la persona que vive con diabetes en su cuerpo, esto puede ser de forma tranquila o hasta agresiva, recuerda que lo hacen porque te quieren y no les gustaría que te dañaras, a pesar de que a nadie nos gusta que nos digan qué hacer, sin embargo, a ellos no les prepararon para vivir con la diabetes, hay que tener mucha paciencia y tolerancia porque para todos es un proceso de aprendizaje.
La familia debería estar enterada de las posibles complicaciones y emergencias que pueden presentarse en la diabetes. Hay que explicarles cómo se resuelve una hipoglucemia (baja de azúcar), ya que puede ser de vida o muerte. Los momentos en que se debe acudir a un servicio de urgencias son indispensables.
1.- Explicar a los familiares qué es la diabetes para que los demás entiendan qué está pasando en tu cuerpo.
2.- Manejar el duelo con los demás. Muchas personas piensan que se van a morir, sin embargo, cuando se logra ver a la diabetes como lo que es, (sólo una deficiencia hormonal) llega la claridad y “sale nuevamente el sol”. Es importante que al dar la noticia, tú, como familiar, puedas continuar tratando a la persona que vive con diabetes exactamente igual, no tiene nada contagioso, le puedes demostrar cariño. Recuerda que a veces se sienten atacados cuando los hijos o familiares les dicen que no pueden comer tal o cual cosa, se entiende que lo hacen por amor, pero regañar no es la forma correcta, aunque así lo hemos aprendido. Es un adulto y sabemos que no necesita que lo traten como niño.
3.- No centrar la vida de la familia en la diabetes. ¡¡Los planes, las comidas, las vacaciones, continúan!!
4.- Al dar la noticia a otros familiares o amigos, éstos deben presentar una actitud que permita que “la noticia” no se vuelva un momento incómodo o que derive en lástima. Esto ayudará a todos. La diabetes cada vez es más común y se encuentra hasta en las mejores familias.
5.- Puedes tener gestos de cariño y respeto a la persona con diabetes. Cuando haya reuniones, por ejemplo, en una carne asada puede haber aguas frescas con y sin azúcar, esto también ayudará a quienes cuidan la figura. Procura generar la costumbre de esos “detallitos” para la persona con diabetes. Ayúdale mencionando que pueden seguir haciendo lo que les gusta pero con hábitos responsables. Normalmente tú, como anfitrión, prepararás lo que le gusta al invitado, es una atención. ¡TODOS DEBERÍAMOS TENER LOS HÁBITOS DE UNA PERSONA CON DIABETES, PORQUE ES MÁS SANO!
6.- ¡Alentar a la persona con diabetes a continuar con sus planes! No tiene ninguna etiqueta pegada en la frente que diga que tiene diabetes para señalarlo.
7.- Visitar al médico regularmente, sin embargo, no hacerse dependiente de él. Te sugerimos asistir con un educador en diabetes para tratar temas cotidianos y qué hacer en caso de emergencias. Esto les dará mayor tranquilidad y seguridad ante cualquier evento que pueda surgir. La mejor medicina para la diabetes es la información.
Recuerda, tú vales más como ser humano que una enfermedad. Los sueños y planes son completamente independientes a una condición como la diabetes, ésta no tiene la capacidad de modificar nada que la persona haya imaginado hasta antes de recibir el diagnóstico.
“Tú das sentido a tu vida, no permitas que la diabetes la dirija”